Llevaba tiempo con ganas de escribir un artículo en el que pudieras descubrir facetas mías más personales y menos relacionadas con el dibujo técnico, la arquitectura o trabajar en el extranjero.
Pretendía que hubiera sido para mi cumpleaños, por lo que habría enlazado los 32 años que cumplí el pasado mes de julio (hace 6 meses) con 32 aspectos de mi vida. Puesto que este tipo de relaciones a veces me parecen absurdas, que en aquel momento no encontré la inspiración y, además siempre he preferido hacer las cosas cuando me ha apetecido en lugar de cuando está establecido (cumpleaños, regalos de navidad, día de San Valentín…) os traigo hoy (un día cualquiera) mis 25 (un número cualquiera) debilidades… Bueno, pues porque hoy es cuando me ha apetecido.
Son aquellas cosas que me encantan y que disfruto con locura hasta tal punto que se convierten en un punto débil, algo que no puedo controlar. También podría denominarlas pasiones.
Me gustaría saber si tenemos algunas en común Si es así, déjalo en los comentarios
25. La danza contemporánea
Este medio de expresión era desconocido para mí hasta que lo probé por primera vez en el Centro de Artes Escénicas de Jaén en 2011 y desde entonces ha quedado enraizado en mí como una de mis grandes pasiones. En lugar explicar lo que siento cuando veo danza o, sobre todo, cuando la practico os dejo algo que escribí el 7 de septiembre de 2013 mientras aún vivía en Basilea:
Me parece que sigue reflejando lo que siento y pienso
Os dejo a continuación un vídeo de danza contemporánea, para quien desconozca lo que es. Uno de los bailarines principales es un buen amigo que poco a poco se está abriendo camino profesional en la danza.
24. La natación
Esto me viene desde la adolescencia, desde que tenía 12 años. Estuve casi 7 años entrenando en el Club Natación Jaén. Aparte de aprender valores esenciales como el espíritu de superación, el compañerismo y la lealtad, nadar durante tanto tiempo me dio grandes amigos y me hizo amar el deporte para cuidar cuerpo y mente.
Una tendinitis probablemente crónica en el hombro me apartó de la natación. Ahora no puedo hacer más de 1.500 metros seguidos y voy al Club Natación Masters Jaén (los mayores de 25 años) solo para saludar, pero las sensaciones cuando terminas de la piscina siguen siendo incomparables. Me siento más ligero, más feliz, más tranquilo, más en forma…
23. Las hamburguesas
Sí, me gusta hacer deporte pero las hamburguesas son una debilidad. Me gusta probarlas en todos los sitios a donde voy. Me encanta pringarme las manos con las salsas y disfruto cada bocado, cada segundo. Quienes me conocen lo saben
Considero que son muy importantes dos cosas:
- La buena compañía. Con todo el mundo no puedes chuparte los dedos.
- Que tengan un huevo frito, eso ya las hace irresistibles.
22. La música que…
- Me activa: ACDC, Moby, Franz Ferdinand, U2, Radiohead
- Me emociona: Ludovico Einaudi, People help the people, Bonobo
La música que me relaja está bien, pero tampoco la definiría como una de mis pasiones.
Si tuviera que poner una banda sonora que representara algo de mi personalidad, creo que me decantaría por estas 2 canciones:
Black Sands, de Bonobo
Lotus Flower, de Radiohead
El concierto que he visto una y otra vez y no me canso de ver es U2 en Chicago en la gira Vertigo Tour.
21. Los olores
Pasar por la calle y de repente reconocer un olor es algo que me encanta. A veces no sé a qué me recuerda pero sé que me recuerda a algo. En otras ocasiones me viene directamente la imagen a la mente. Por ejemplo, podría poner ahora mismo un agradable olor a la cocina de la oficina en la que trabajaba en Ámsterdam. O a una piscina cubierta. Me sigue fascinando la cantidad de recuerdos y emociones que algo tan liviano como un olor puede traer. Es como volver a vivirlo todo otra vez.
20. Volar en avión
Lo encuentro superemocionante. La fuerza que siento, la velocidad que alcanza y de la que solo soy consciente al despegar y al aterrizar, el verme allí tan arriba, dando curvas de vez en cuando… Y lo rápido que te lleva a cualquier punta del planeta. En el rato que vas en metro de tu casa al teatro te lleva el avión de Cádiz a Bilbao. Me parece fascinante.
19. Disfrutar del silencio
Es ese rato para disfrutar de mí, escuchar lo que normalmente es inapreciable y entrar en calma conmigo mismo. En un mundo ruidoso, rápido y atropellado, el silencio y la calma me llenan el espíritu y me reportan gran energía.
18. Comunicarme en otros idiomas
Más que aprender idiomas, diría que me apasiona llegar a comunicarme con personas en idiomas diferentes de mi lengua materna. Por supuesto, si el que ha aprendido el otro idioma soy yo, la satisfacción es aún mayor. Supongo que por esa pasión me ha llevado a dominar con bastante soltura el inglés y el alemán y a aprender holandés, suizo y catalán hasta el punto de poder manejarme en la vida cotidiana. Incluso he diseñado mi propio método para aprender alemán en 4 meses
17. Dormir la siesta
Esto que tanto se nos atribuye a los andaluces está profundamente arraigado en mí. Comer y no dormir la siesta es algo que no llevo bien. Lo necesito aunque solo sean diez minutos. Me gustaría además remarcar que no hay solo una siesta como mucha gente piensa. Los “profesionales del buen siesteo” sabemos que existen al menos tres siestas diferentes:
- Después de desayunar. Sí, no me mires así. A quien se la he enseñado y la ha probado, repite, es irresistible. Con la barriga un poco llena del desayuno te vuelves a meter otra vez calentito en la cama y ya me contarás. Reconozco que esta cada vez la practico menos.
- Antes del almuerzo, cuando te quedas dormido mientras ves los Simpsons porque estás esperando a alguien para comer juntos o estás haciendo hora. Se caracteriza porque se suele caer la baba. Si es en invierno, recomiendo que te dé un poco el solecito en las piernas.
- Después del almuerzo, es la más popular. A quienes no la controlan suelen dormir dos o tres horas y levantarse peor de lo que se acostaron. El secreto está en dormir entre 10 minutos y una hora y media. Aunque tengo un amigo que recomienda que la siesta del verano sea de 16.00 a 20.00 horas… Yo esto lo encuentro un poco exagerado, pero quizá él ha alcanzado el siguiente nivel.
Nunca debes intentar hacer las tres el mismo día, es contraproducente. Prueba como máximo dos e incluye entre ellas siempre la tercera.
16. Leer
Buscar un sitio cómodo, tranquilo, coger mi libro y ponerme a leer es uno de esos pequeños grandes placeres que me gusta regalarme. Lógicamente me gustan los libros con los que entro en sintonía y estos suelen ser los que me ponen las pilas. En los últimos tiempos los que han tenido más efecto han sido The Millionaire Fastlane de MJ de Marco, La semana laboral de 4 horas de Tim Ferriss y Sex Code de Mario Luna. Los tres son espectaculares, pura energía.
Inspirarme y llenarme de buena energía sentado tranquilamente es disfrutar de la vida.
15. Preparar bocadillos
Cocinar en general está bien, pero preparar bocadillos es lo mejor, especialmente si llevan salsas de tipo mahonesa, kétchup o parecidas y si mezclo varios ingredientes. Siempre me lo han dicho: cuando me como el bocadillo lo disfruto pero casi disfruto más cuando lo preparo. El ingrediente secreto, el que nunca falla, es el tomate natural, cortado en rodajas; cualquier bocadillo mejora inmediatamente.
14. Ver deportes en directo
Hay dos cosas que me encantan de ver gente haciendo deporte:
- La energía que transmiten: el deporte saca lo mejor del ser humano, su espíritu competitivo y de superación.
- El espíritu de equipo: la colaboración con los demás y el respeto hacen que mejore el resultado final.
En ocasiones en que estoy triste o de bajón, sólo el hecho de ver a alguien practicar un deporte me anima. Verlo por la tele me parece sin embargo demasiado distante.
No obstante, si hay algo mejor que ver deporte es practicar deporte. Cualquiera. Los que más disfruto son: squash, fútbol sala, baloncesto, tenis y pádel, aparte de la natación como ya he comentado antes. Todos ellos dejan una sensaciones espectaculares en mí.
13. Bañarme de noche
Esto es algo que en Jaén se puede hacer muy bien en verano, porque las temperaturas no suelen superar los 32ºC. Pegarse un chapuzón en el silencio y en la oscuridad no tiene precio.
12. Subir a los sitios más altos
Me encantan las vistas desde los puntos más elevados de las ciudades o de las montañas. Subir a un rascacielos, a una catedral o a una colina me permite llevar los ojos al infinito. Esta sensación de grandeza, de amplitud, de estar lo más alto posible me hace sentir estupendamente. Siempre me ha gustado subir a las azoteas de los edificios.
11. Los parques de atracciones
Supongo que las montañas rusas y este tipo de atracciones un poco radicales me hacen sentir vivo, que mi corazón y mis pulmones funcionan y se pueden poner al máximo rendimiento. A veces soy un poco cagao antes de animarme pero lo hago decididamente y el resultado siempre merece la pena. ¡Un subidón de adrenalina!
10. El tapeo
Eso de que en Jaén, Granada y algunas otras provincias tengas una tapa junto con la caña de cerveza crea mucha afición. Acompaña mucho a cualquier conversación. El mejor tapeo es a mediodía en los días soleados de invierno, donde incluso puedes sentarte en una terraza a comerte unas aceitunitas. Pero a cualquier hora sienta bien Una de las cosas que más me gusta es rebañar los platos, comerme las miguitas que quedan mientras aún mantienes la conversación.
9. Mi familia
He aquí una de mis grandes debilidades, de las que cada vez tienen más peso y que con más gusto se llevan. Además, puesto que cada vez es más grande, hay más ilusión para repartir. Con mis padres, cuatro sobrinos y tres hermanos con sus respectivas parejas siento que empezamos a ser una gran familia que está cada vez más unida, aun a pesar de la distancia.
Ellos tuvieron en gran parte la culpa de que volviera del extranjero, ¡los echaba tanto de menos! Aunque seguimos sin vernos muy a menudo, la distancia ahora es menor y eso se nota.
8. Un botellón con mis amigos
Puede valer también una barbacoa, una comida o una cena. Lo importante es que nos juntemos, hablemos de lo que estamos haciendo, de lo que nos preocupa, de lo que nos ilusiona y en poco rato estemos contando chistes y haciendo bromas. No importa el tiempo que pase ni lo que a cada uno le ocurra; en pocos minutos todos tenemos la sensación de que todo sigue igual.
Me alegra saber que tengo un buen grupo de amigos y que nos llevamos bien desde hace muchos años. ¡A alguno lo conozco desde hace 29 años! Siempre están ahí para transmitirme apoyo, alegría, inspiración y confianza.
Después de mi familia son lo que más echo de menos desde que vivo lejos de mi tierra. De todas formas, aunque volviera a vivir a Jaén tampoco estarían allí. Debido a la situación financiera y a las decisiones de cada uno, todos han tenido que irse a vivir a otras ciudades en Andalucía, Madrid, Gran Bretaña, Dinamarca o Estados Unidos.
7. Un vaso de Coca-Cola bien frío, con mucho hielo y limón
Abrir una lata de Coca-Cola (una botella también vale, pero el sonido inconfundible de la lata le da aún más glamour), verterla completamente en un vaso grande de cristal que contenga MUCHOS cubitos de hielo y una rodajita de limón, escuchar el sonido de las burbujas y notar cómo te salpican en los labios cuando le das el primer trago… Este es uno de mis grandes placeres especialmente en días calurosos, aunque vale para todo el año. (Nota: se puede usar también un vaso grande de plástico, los conocidos como “cubas”, “macetas” o “litros”)
Lo mejor de todo, como siempre, la buena compañía, que sonríe mientras me ve disfrutar de algo tan sencillo.
6. Mis sueños no cumplidos
Esas cosas que deseo con fuerza y que aún no he conseguido me hacen vibrar y vivir con ilusión. Especialmente los viajes. Desde hace ya más años de los que me gustaría (al menos 5) sueño con hacer un viaje largo por Sudamérica de al menos 6 meses. Tengo ganas de conocer especialmente Chile, Colombia, Argentina y Brasil y visitar buenos amigos que tengo allá. Cuba también estaría entre mis destinos favoritos.
Si me propones un viaje de este tipo, será difícil que no me veas brillar los ojos de ilusión.
5. La feria de Jaén
¡Esa feria buena! En parte esta debilidad mía tiene que ver con los buenos recuerdos que guardo y con encontrarme a gente conocida por allí. Pero no es solo eso, porque cuando viene algún amigo de fuera a visitarla, siempre repite, y él no tiene recuerdos previos ni conocía a nadie más.
La feria de Jaén es alegre y abierta. Si quieres visitar Jaén creo que esta sería la mejor época. San Lucas es el patrón y se celebra el 18 de octubre. He faltado algunos años por estar viviendo fuera de España pero espero que no se vuelva a repetir
4. Bromear y hacer el tonto
Me encanta hacer reír a los demás. No soy bueno contando chistes, la verdad es que soy bastante malo, pero me gusta hacer paridas e incluso ponerme en ridículo si eso hace reír a quienes tengo a mi alrededor. Siempre estoy para una broma y una de las herramientas que utilizamos mucho (en Andalucía, en Jaén y en mi familia) es el sarcasmo. Esto lleva a veces a confusiones con gente de fuera, pero es parte de la gracia de la vida.
Es cierto que con el paso de los años esta faceta de hacer el tonto va perdiendo protagonismo en mi personalidad. Tendré que trabajarla más intensamente porque la considero MUY IMPORTANTE y tú también deberías.
3. El chocolate
Tengo que reconocerlo, el chocolate y la Nutella son una de mis grandes debilidades. A mí me parece que no como tanto, pero quienes me conocen dicen que como más chocolate de lo que debería… En realidad, quizá ellos comen menos de lo que deberían… Bueno, la verdad es que me pirro por un helado de chocolate, o por unas galletas de chocolate, o por… ¡basta!
2. La playa
En cuanto a entornos en la naturaleza podría decir que me gustan mucho las choperas por ese orden natural y el espacio que dejan abovedado, en sombra… Es muy bonito. También podría decir que me gusta subir a las montañas, caminar por ellas y escuchar el silencio y el viento.
Pero si tengo que decantarme por uno entre todos, quizá elegiría la playa. El mar, tan inmenso ante mí me transmite paz y me hace sentir que nada de lo que piense o me preocupe tiene importancia. Me hace sentir tan pequeño y ver que todo está en orden, que todo sigue su curso natural. El ir y venir de las olas, los pies clavados en la arena recibiendo un agradable masaje, la brisa silbando en los oídos…
¡Tengo ganas de playa!
Además, me considero un poco anfibio, no sólo por haber nadado muchos años, sino porque me encanta estar en el agua y la diversión que traen las olas del mar agudiza este interés.
1. Anna
Esta es mi gran debilidad, la mayor de todas, con lo dulce que es
Nos conocimos gracias a Esteban al borde del Rhin en Basilea y ya no pude quitarle la vista de encima nunca más
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¿Cuál es tu mayor debilidad/pasión? ¿Coincidimos en alguna?